Ciclo de las dietas

Durante los años que llevo trabajando con mis programas de asesoría nutricional, algo que se ha mantenido constante es escuchar a mis pacientes decir que ya lo han probado todo. Que han hecho un montón de dietas a lo largo de su vida. Que siguen todo al pie de la letra. Que aparentemente ven resultados y que cuando dejan de seguir todo en modo militar, simplemente recuperan lentamente (o a veces rápidamente) el peso inicial.

Me parece curioso ver a mucha gente haciendo dieta, muy motivados, con mucha fuerza de voluntad y siguiendo todo a la perfección, incluso cuando pasan hambre.

Me parece curioso también ver que es común que llegue un momento o situación (usualmente durante los fines de semana) que detona en estas personas el pensamiento de “ya rompí la dieta, así que mejor termino de romperla por completo”.

Ese detonante puede ser una situación en la que la persona, al encontrarse en un evento social, no podía consumir exactamente lo que decía la dieta. O quizás el detonante es que la persona se había privado tanto durante la semana que ya no podía decir “no” a esa galleta o a ese alimento que tanto le gusta.

– y entonces la persona se descontrola – “No pasa nada, ya rompí la dieta, el lunes comienzo de nuevo…”

La persona comienza a comer de más, con prisa, con o sin hambre, probablemente sin saborear ni disfrutar los alimentos, sin prestar atención a la sensación de saciedad o hambre del estómago. La persona simplemente pierde el control y termina comiendo todo lo que no había comido en el periodo de dieta.

Luego, entra una especie de calma. Probablemente la persona siente un malestar en el estómago debido a los excesos, y de repente, también comienza a sentir culpa.

Entonces llega el lunes y la persona comienza la dieta aún más decidida. Sabe que el fin de semana no pudo contenerse, así que decide que esta vez será un poco más estricta.

Nuevamente se priva. Se restringe. Piensa que su fuerza de voluntad es más fuerte que las necesitadas de su cuerpo. Pero una vez más, llega el fin de semana, existe un detonante y se repite el ciclo.

Me parece curioso ver que las dietas han estado ahí desde siempre y que en los últimos años la divulgación en redes sociales y la concientización acerca de temas relacionados a la alimentación han incrementado muchísimo, pero que aún así, la obesidad hoy en día es considerada una pandemia y que cada año que pasa las tasas de obesidad son aún más elevadas.

Como profesional de la nutrición, pienso que no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre, esperando un resultado distinto.

Las dietas restrictivas y las dietas que no se apoyan en la educación nutricional solamente promueven un ciclo de restricción, pérdida de control, atracón y culpa que se repite una y otra vez.

Y los resultados son siempre los mismos…

Restricción – Pérdida de peso   (…y eventualmente – pérdida de control y atracón).
Pérdida de control y atracón – Efecto rebote    (…y eventualmente – culpa).
Culpa – Restricción.

…y así, el ciclo comienza nuevamente.

Yo apuesto por reconectar con nuestro propio cuerpo. Por reconectar con nuestras señales de saciedad y hambre. Por reaprender a relacionarnos con la comida de una manera más amable y saludable.

Apuesto por la educación nutricional, que nos permite hacer elecciones conscientes.

Apuesto por la alimentación intuitiva, que nos permite escuchar a las necesidades de nuestro propio cuerpo.

En este blog encontrarás mucha información acerca de estos temas. El objetivo, es ayudarte a cambiar la manera en la que te relacionas con la comida para salir definitivamente de estos ciclos de dieta, que si no son atendidos, pueden cronificarse a lo largo del tiempo.

Busquemos hacer algo diferente para obtener resultados diferentes ♥

Con cariño,

Adri.

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